Los años 1950 fueron la época del milagro económico y del rock'n'roll. Con el S 6, Setra presentó en 1955 un autobús que encarnaba el espíritu de la época.

Con la película "Rebelde sin causa", James Dean se convirtió en 1955 en el ídolo de toda una generación. Ese mismo año, la presentación del Setra S 6 en el “Salón del Automóvil de Ginebra” causó sensación en el sector. Hasta hoy, el S 6 sigue siendo el Setra más pequeño jamás fabricado, y ya entonces destacaba por sus ideas innovadoras, muy adelantadas a su tiempo. Los ingenieros de Kässbohrer sabían muy bien lo que hacían.

Todo comenzaba con la suspensión independiente en las cuatro ruedas, equipada con una suspensión de goma según el denominado principio Neidhardt. A ello se sumaba un bloque motriz en el que un motor diésel trasero de cuatro cilindros se integraba con la caja de cambios ZF de cinco velocidades y el engranaje del eje en una unidad compacta, complementada con un cambio de marchas en el volante. Incluso a una velocidad de viaje de hasta 100 km/h, esto ofrecía un confort de marcha comparable al de un turismo. Todo ello resultaba, en una categoría de vehículos dominada por carrocerías con motor delantero sobre bases de entre 1,5 y 2,5 toneladas, prácticamente impensable. No es de extrañar, por tanto, que el S 6 cautivara al público especializado en el Salón del Automóvil de Ginebra igual que James Dean al público del cine.

La innovadora tecnología era solo uno de los aspectos que hacían del S 6 un vehículo tan singular y que sigue entusiasmando a los aficionados a los autobuses hasta hoy. El miembro más pequeño de la familia Setra también conquistaba por sus proporciones perfectas y, con su diseño, captaba plenamente el espíritu de la época. Son las líneas fluidas de la carrocería y del interior, combinadas con detalles cuidadosamente elaborados, las que confieren al S 6 una elegancia atemporal que fascina a quien lo contempla desde el primer instante.

El Setra S 6 sigue evocando recuerdos muy especiales, ya que contribuyó a dar forma a la imagen de la época del milagro económico en la aún joven República Federal. El elegante S 6 llevaba a los excursionistas a la montaña, transportaba a asociaciones a fiestas populares y era el autobús preferido para los grandes viajes de vacaciones a destinos de ensueño en Italia o en la Riviera francesa. Para las empresas de autobuses, el S 6 representaba una inversión rentable, ya que solía viajar con todas las plazas ocupadas, lo que lo hacía especialmente atractivo desde el punto de vista económico.

No es de extrañar, por tanto, que durante los aproximadamente diez años de producción se vendieran en total 1.172 unidades del S 6. Esto convierte al Setra más pequeño en uno de los midibuses más vendidos de la marca, y los ejemplares que aún se conservan siguen siendo verdaderas atracciones. Se presentan como elegantes clásicos en bodas o celebraciones especiales, y demuestran, incluso 70 años después, que el S 6, con su diseño icónico, sigue transmitiendo modernidad y entusiasmando. Dos ejemplares especialmente bien conservados son hoy piezas destacadas de la colección de clásicos Setra. En Neu-Ulm, estos dos veteranos no solo hacen brillar los ojos de los fans.