Hannover, Melbourne, Baltimore: en muchas ciudades encontramos paradas de autobús muy llamativas. Pero ¿en pleno campo? ¿Y además fuera de los grandes flujos turísticos? ¿Alguien va a ir a ver aquello? ¡Vaya que sí! «El interés por las marquesinas que nos diseñaron arquitectos internacionales sigue siendo el mismo cinco años después», relata Egmont Schwärzler, alcalde de la localidad austriaca de Krumbach. «Todos los días siguen llegando cientos de visitantes de todo el mundo». Viajeros por libre en automóvil particular, pero también grupos en autocares desde Europa, Asia o América.

El turismo no aportaba antes mucho a la pequeña Krumbach, situada en Vorarlberg, no lejos de Bregenz, en el extremo occidental de Austria. «Estamos demasiado lejos de las grandes zonas de esquí y senderismo; hay pocas plazas para hospedarse», constata el alcalde. Pero un proyecto artístico poco común destinado al espacio público iba a cambiar la situación. «Primero fue una idea en un bar a altas horas de la noche», refiere Egmont Schwärzler, «pero en la Asociación Cultural de Krumbach sacaron la idea adelante con mucho interés». Y así se invitó a diseñar marquesinas a siete arquitectos internacionales de Rusia, Noruega, España, Bélgica, Chile, Japón y China. De la construcción se encargaron a título honorífico empresas constructoras y arquitectos e ingenieros de la región.

Así es como surgieron estas siete «casetas», que, elaboradas en su mayoría con materiales de la región y basadas en motivos locales, reinterpretan de modos diferentes el tema «esperar el autobús»: un techo «alpino» puntiagudo, un acogedor «cuarto típico de Vorarlberg», un mirador a las montañas, una construcción multifunción con tribuna anexa para ver el campo de fútbol local...

«Pero las casetas no sirven solo de decoración paisajística; también cumplen su finalidad», subraya Gerhard Felder, empresario de la vecina Mellau y cofundador de Bregenzerwald Bus GmbH, encargada del 40 % del transporte de línea en la comarca. «En Krumbach y en todo Bregenzerwald utilizan el autobús muchas personas para viajar a toda la periferia. Probablemente no hay otra región rural europea con un transporte público de cercanías tan desarrollado como Bregenzerwald. Nuestros autobuses recorren nuestros 24 municipios pasando cada hora, la mayoría incluso cada media hora».

Tal desarrollo del transporte en autobús fue quizá también uno de los motivos que llevó a que el proyecto se centrara precisamente en marquesinas. Antes, en efecto, los pasajeros no disponían de techados sólidos en todas las paradas.

Las vecinas y vecinos de Krumbach sienten intenso orgullo por su proyecto de paradas de autobús, como bien sabe el alcalde Schwärzler. «Ahora Krumbach es conocido en todas partes como el pueblo de las marquesinas». ¿Un modelo imitable? «Eso es difícil valorarlo», afirma Egmont Schwärzler. «Cada municipio es distinto. Para nosotros, está claro que ha merecido la pena».